Decir que la primera impresión es la que queda, en el hotel hace mucho sentido, los clientes llegan y pasan por los recepcionistas, es esencial la sonrisa, la atención especial, la agilidad y la eficiencia , también la sensibilidad para entender el estado de espíritu del cliente.
Seguir el rítmo de los hóspedes y agradálos hace parte del trabajo.
Cada Hotel es diferente, cada cliente es único y especial.
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